Dr Damian Muñoz

Dr Damian Muñoz
Curso mínima invasiva south beach

jueves, 28 de noviembre de 2013

La cirugía mínimamente invasiva de la columna vertebral cumple los objetivos

FUENTE:

http://neurocirugia.diariomedico.com/2010/11/05/area-cientifica/especialidades/neurocirugia/cirugia-minimamente-invasiva-de-columna-vertebral-cumple-objetivos


PABLO PALACIOS, DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO MADRID SANCHINARRO

"La cirugía mínimamente invasiva de la columna vertebral cumple los objetivos"

"La técnica de cirugía mínimamente invasiva de la columna vertebral cumple todos los objetivos fijados, entre los que se encuentran la reducción de la agresión quirúrgica -con menor lesión de las partes blandas y menos sangrado y dolor postoperatorio- y el mantenimiento de los resultados de la cirugía abierta a medio y largo plazo".
A. C. M.   |  

Así lo ha indicado Pablo Palacios, del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro, y uno de los directores de la Jornada Hispano-Lusa de Actualización en cirugía mínimamente invasiva y percutánea de la columna vertebral, celebrada en el citado centro.
Palacios ha presentado las conclusiones de un estudio, realizado en el Hospital Universitario Madrid Sanchinarro, que comparaba pacientes intervenidos con técnica convencional y otros a los que se les aplicó la cirugía mínimante invasiva, observando que no existen diferencias desde un punto de vista clínico a partir de los seis meses de la operación.
Por su parte, Juan Calatayud, neurocirujano del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza, ha resaltado que "la intención de los cirujanos de columna es mejorar y alargar la calidad de vida de un esqueleto con el que convivimos desde que nacemos hasta que morimos. Lo que queremos es que la gente viva mejor el mayor tiempo posible".
En la otra cara de la moneda se encuentran las limitaciones de esta técnica. "Tanto la curva de aprendizaje como el tiempo quirúrgico son mayores. Otra barrera de la cirugía mínimante invasiva es la mayor demanda tecnológica (fuentes de luz, lupas...)", ha indicado Palacios.
  • Desde el punto de vista clínico no existen diferencias entre la cirugía mínimamente invasiva y la abierta a partir de los seis meses de la operación
El representante portugués, Eurico Silva, de la Unidad Vértebro-Medular del Hospital General de San Antonio, en Oporto, ha añadido algunas limitaciones más: la obesidad, la osteoporosis, las deformidades como escoliosis y la espondilolistesis de alto grado. Sin embargo, ha añadido que las opciones de la cirugía mínimente son variadas. "Puede emplearse para la descompresión de estructuras neurológicas, la artrodesis y fijación vertebral y la vertebroplastia y cifoplastia".
Según Eduardo Hevia, cirujano de la columna vertebral del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro, que ha codirigido el curso junto con Palacios, las complicaciones de la cirugía mínimamente invasiva percutánea son similares a las que puede haber con una técnica abierta. "Una posible complicación de este tipo es la malposición de los tornillos. Además, los errores en el manejo de la instrumentación son escasos pero peligrosos".
Por otro lado, Hevia ha destacado que las complicaciones de las indicaciones de la cirugía mínimamente invasiva percutánea son las más evitables. "Para ello hay que tener cuidado con las reintervenciones".
Otro de los ponentes, Antonio Mostaza, neurocirujano espinal del Hospital Universitario de León, tiene una amplia experiencia en cirugía mínimamente invasiva por endoscopia y defiende que con menos agresión se obtienen mejores resultados. Por ejemplo, la intervención de un paciente con hernia discal requiere una estancia postoperatoria de sólo unas horas ".

Unos 60 pacientes se beneficiaron de cirugía mínima invasiva de columna vertebral en Hospital Insular de Gran Canaria

FUENTE:
http://www.20minutos.es/noticia/615319/0/

Unos 60 pacientes se beneficiaron de cirugía mínima invasiva de columna vertebral en Hospital Insular de Gran Canaria

El Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria ha realizado hasta el momento más de 60 intervenciones de cirugía con mínima invasión de la columna vertebral.

ECO ®  EUROPA PRESS. 26.01.2010 


Así, lo ha expuesto el jefe del Servicio de Neurocirugía del citado Hospital, Maximino González, y el médico adjunto del Servicio de Neurocirugía, Carlos Alberto Valencia, ambos han detallado los beneficios de esta técnica y las diferencias respecto a la intervención convencional, según informó el Ejecutivo regional en nota de prensa. La cirugía de mínima invasión sustituye a la cirugía abierta convencional en algunos casos. De todos modos, el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria lleva realizando esta nueva técnica desde hace más de dos años. En concreto, dicha cirugía mínima invasiva de columna vertebral "necesita una menor" estancia hospitalaria tras la operación, ya que no es necesaria una transfusión sanguínea, se produce un "menor índice" de infecciones tras la intervención y se necesitan "menos" dosis de analgésicos. Además, la recuperación "es más rápida", produciendo "menos" dolor postoperatorio a largo plazo, mejorando el impacto estético y produciéndose un "menor daño" muscular. Así, la cirugía mínima invasiva se realiza en la columna vertebral cuando el paciente tiene patologías como la discopatía lumbar crónica, hernia discal, fracturas de columna con desviación y estenosis de canal de la zona lumbar. Actualmente, el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria está realizando diferentes técnicas dentro de la cirugía mínima invasiva de columna vertebral, así como la implantación de tornillos vertebrales, dispositivos interespinosos, cifoplastía y vertebroplastía, implantación de dispositivo intradiscal, implantación por vía percutánea de prótesis que aumentan el calibre del canal vertebral e implantación de prótesis dentro de la vértebra. Para la intervención de este tipo de operaciones es necesaria la colaboración entre el Servicio de Neurocirugía, el Servicio de Anestesiología y el Servicio de Radiología del centro hospitalario.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/615319/0/#xtor=AD-15&xts=467263

Cirugía Mínimamente Invasiva

FUENTE:
http://ng-clinicas.com/especialidades/columna-2/cirugia-invasiva




El objetivo de la cirugía mínimamente invasiva es resolver patología con las mismas garantías de éxito que la cirugía tradicional, pero disminuyendo el daño causado por el acceso necesario al cuerpo. El concepto de MÍNIMA INVASIVIDAD puede llevar a engaño, ya que no se trata únicamente de disminuir el tamaño de las cicatrices. Si disminuyendo el tamaño de las cicatrices empeoramos la tasa de éxito, alargamos exageradamente la duración del procedimiento o no mejoramos el daño interno a las estructuras sanas, el proceso no es realmente poco invasivo, sino únicamente más estético. Por lo tanto, el término que mejor definiría a todas estas modernas técnicas de acceso quirúrgico es el de MÍNIMA AGRESIVIDAD.

La cirugía de columna ha sido pionera en la incorporación de técnicas mínimamente invasivas, mediante la aplicación de medios de visualización y el diseño de implantes específicos. Nuestro equipo profesional ha estado a la vanguardia en el uso de implantes percutáneos a nivel nacional. En 2003 el Dr. Ferrández practicó las primeras artrodesis MI-TLIF de España (técnica mínimamente invasiva), consiguiendo unas tasas de fusión idénticas a las del TLIF abierto, pero con una evidente reducción del tiempo de convalecencia y del daño muscular regional. Los primeros resultados se comunicaron en el V Congreso de Neuro-Raquis, en Gerona (2005).



Posteriormente se fueron introduciendo otras técnicas con implantes de mínima agresividad como la estabilización dinámica transpedicular (Dynesys) o interespinosa (X-Stop, DIAM, Aperius, etc). Hacia 2009 se puso en marcha la técnica de fijación trans-sacra AxiaLIF, que permite fusionar la unión lumbosacra a través de una única incisión de 2 cm a la altura del coxis. Y más tarde, en 2010, la fijación lumbar extremo-lateralXLIF.

Otro grupo de técnicas son las realizadas con agujas o trócares percutáneos, que permiten actuar sobre el disco intervertebral, las raíces nerviosas o los cuerpos vertebrales. Pueden infiltrarse sustancias tanto en el disco como alrededor de los nervios, introducir cemento en un cuerpo vertebral fracturado o bien utilizar sondas de radiofrecuencia para provocar la cicatrización retráctil del tejido discal (en caso de hernias contenidas) o la anulación selectiva de las fibras del dolor de alguna raíz nerviosa. Este tipo de técnicas se realizan de forma ambulatoria. La más novedosa de las técnicas intradiscales, disponible desde 2012, consiste en la reconstitución de la presión y composición de los discos degenerados, mediante la implantación de varillas de hidrogel GelStix. Los hidrogeles liberan sustancias correctoras del pH a la vez que aumentan más de 10 veces su volumen en contacto con la humedad de los tejidos, restaurando la altura y capacidad de amortiguación del disco.

Finalmente, las técnicas asistidas por endoscopia permiten actuar sobre el canal medular con un acceso mínimo al mismo, el cual evita daños a las estructuras sanas circundantes. La óptica VITOM permite realizar accesos a la columna torácica con pequeños abordajes retropleurales, evitando las secuelas propias de una gran toracotomía. Los microendoscopios de SpineView nos facilitan el acceso al canal lumbar, a través del neuroforamen, para la extracción de hernias discales bajo anestesia local y de forma ambulatoria en la mayor parte de los casos. Los foramenes neurales son agujeros a través de los cuales salen de la columna las raíces nerviosas lumbares para formar el nervio ciático en la pierna. Esos agujeros se convierten en la mejor vía natural de acceso al canal, evitando tener que abrirlo artificialmente.

Endoscopia Minimamente Invasivo en Columna Vertebral



Publicado el 01/03/2012
Dr. Jose Miguel Donoso especialista en dolores de la columna vertebral, trabaja en la Clinica Tabancura, Fundación Médica San Cristóbal y Clínica Avansalud.



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Periprosthetic Patellar Fracture Fixation Using Suture Anchors

FUENTE:
http://www.healio.com/orthopedics/journals/ortho/%7B321eca22-84c7-4f40-99d9-bfd0099124fd%7D/periprosthetic-patellar-fracture-fixation-using-suture-anchors


CASE REPORT 

Periprosthetic Patellar Fracture Fixation Using Suture Anchors

Rajesh N. Maniar, MS(Orth), MCh Orth, FCPS, DNB; Ravi M. Nayak, MS(Orth); Shahrookh Vatchha, MS(Orth); Tushar Singhi, MS(Orth)
  • Orthopedics
  • November 2013 - Volume 36 · Issue 11: e1470-e1473
  • DOI: 10.3928/01477447-20131021-36
Rights and Permissions

Abstract

Treatment of type II periprosthetic patellar fractures presents difficulties in decision-making particularly when displacement is greater than 10 mm. Poor results have been reported with internal fixation, whereas conservative management has been associated with a high incidence of extensor lag. This article reports a patient with a displaced type II patellar fracture following total knee arthroplasty.
One month after undergoing total knee arthroplasty, a 72-year-old man presented to the emergency department with difficulty walking. Physical examination revealed an extensor lag with a palpable defect in the extensor mechanism. Radiographs showed a transverse, comminuted fracture through the distal third of the patella with a separation of approximately 15 mm. The patient underwent surgery, at which time the patellar component was found to be intact and well fixed to the proximal fragment. Three suture anchors were introduced into the proximal fragment through the fracture site. Tunnels were drilled in the distal fragment (through the fracture gap) corresponding to the location of the anchors; the sutures were threaded through these tunnels. Anatomical reduction was achieved with towel clips, and the sutures were tied at the distal pole. After the knots were tied, anatomical reduction was maintained, and the sutures were additionally used as cerclage around the patella. One year postoperatively, the fracture showed union, and the patient had good range of motion with no extensor lag. No patellar subluxation, avascular necrosis, or refracture occurred.
The authors are from the Department of Orthopaedic Surgery, Lilavati Hospital and Research Centre, Mumbai, India.
Dr Maniar is a consultant to DePuy. Drs Nayak, Vatchha, and Singhi have no relevant financial relationships to disclose.
Correspondence should be addressed to: Rajesh N. Maniar, MS(Orth), MCH Orth, FCPS, DNB, Department of Orthopaedic Surgery, Lilavati Hospital and Research Centre, A-791, Bandra Reclamation, Bandra (W), Mumbai, India 400050.
Patellar fractures after total knee arthroplasty (TKA) are uncommon.1–4 Various treatment options have been described for these fractures based on fracture configuration.4–6Displaced fractures having a separation of more than 1 cm, an extensor mechanism defect, and an intact patellar component (Ortiguera and Berry type II or Keating type 2B periprosthetic patellar fractures)3,4 can present difficulties in treatment decision-making. Surgery to restore the extensor mechanism has been suggested to avoid poor extension.3,7 However, open reduction and internal fixation (ORIF) has been reported to have a high incidence of complications and reoperations.4,8 Use of suture anchors has been described for the repair of patellar tendon ruptures9,10 and for fixation of some fractures (eg, coronoid fractures)11; however, the use of suture anchors for periprosthetic patellar fracture fixation has not been described in the literature. This article reports a novel method using suture anchors for fixation of a type II periprosthetic patellar fracture. This method achieved stable anatomical fixation without interfering with the component in situ.

Case Report

A 72-year-old man underwent left TKA for osteoarthritis with a posterior cruciate ligament–substituting prosthesis (Sigma PS; DePuy, Warsaw, Indiana) via a midvastus approach. Partial fat pad excision and a tibial cut first method were used. The patella was resected from an original thickness of 25.5 mm to 18 mm. A 3-lug round dome cemented component (size, 35 mm; thickness, 8 mm) was used to resurface the patella; therefore, the final thickness of the composite was 26 mm. Postoperatively, the patient’s progress was uneventful, and he was discharged from the hospital on the fifth day. At his 2-week follow-up visit for stitch removal, the wound had healed primarily. No discharge occurred from the wound at any stage. He had a range of motion from 0° to 80°.
One month postoperatively, the patient presented to the emergency department with difficulty walking. He described hearing a cracking sound in the operative knee while getting up from a sitting position. The patient reported a minimal increase in preexisting pain.
Physical examination revealed a fracture of the patella, exposed through a 3-cm longitudinal gape in the middle third of the previously well-healed wound. An extensor lag of approximately 10° existed; however, the patient was able to perform active straight-leg raises without much discomfort. No knee instability existed in the anteroposterior and mediolateral planes. No clinical or serological signs of infection existed. His white blood cell count was within normal limits, and his erythrocyte sedimentation rate and Creactive protein showed a decrease compared to immediate postoperative levels.
Anteroposterior and lateral radiographs showed a transverse, comminuted fracture through the distal third of the patella with a separation of approximately 15 mm (Figure 1). The plastic patellar component remained well fixed to the proximal fragment, and no subluxation of the patella existed. Based on clinical and radiographic criteria, the fracture was classified as an Ortiguera and Berry type II periprosthetic patellar fracture.4
Preoperative lateral radiograph showing a periprosthetic patellar fracture. The distal fragment is comminuted and separated from the proximal fragment by approximately 15 mm. Because the polyethylene component was well-fixed to the proximal fragment, the fracture was classified as type II.4
Figure 1:
Preoperative lateral radiograph showing a periprosthetic patellar fracture. The distal fragment is comminuted and separated from the proximal fragment by approximately 15 mm. Because the polyethylene component was well-fixed to the proximal fragment, the fracture was classified as type II.4
The patient underwent surgery. The patellar polyethylene component was found to be intact and had not loosened. The fracture line was distal to the component. A tear in the medial retinaculum extended upward until the medial aspect of the quadriceps tendon. The lateral retinaculum and the patellar tendon were intact.
Three suture anchors were introduced (Twinfix Ti 2.8; Smith & Nephew, Andover, Massachusetts) into the proximal fragment through the fracture site. One was placed near the medial edge, the second was placed near the lateral edge, and the third was placed centrally. The medial and lateral suture anchors each had a single pair of threads. The central suture anchor was selected such that it had 2 pairs of threads. K-wires were used to make 3 tunnels in the distal fragment, through the fracture site, corresponding to the position of the suture anchors in the proximal fragment. The sutures were threaded through these tunnels to exit at the distal pole of the patella through the patellar tendon (Figure 2).
Intraoperative photograph shows the threads of the suture anchors in the proximal fragment passing through the tunnels in the distal fragment and exiting at the inferior pole of the patella.
Figure 2:
Intraoperative photograph shows the threads of the suture anchors in the proximal fragment passing through the tunnels in the distal fragment and exiting at the inferior pole of the patella.
With the knee in extension, anatomical reduction of the fracture was achieved and held with towel clips while the sutures were being tied at the inferior pole. Each of the 2 pairs of threads of the central anchor was tied with the corresponding medial or lateral edge pair of sutures. After tying the knots, anatomical reduction was maintained (Figure 3).The 4 pairs of sutures thus obtained were then used as cerclage around the patella for additional fixation. These cerclage sutures were tied at the superolateral pole of the patella.
Intraoperative photograph shows anatomical reduction was maintained after the knots were tied at the inferior pole of the patella.
Figure 3:
Intraoperative photograph shows anatomical reduction was maintained after the knots were tied at the inferior pole of the patella.
In the immediate postoperative period, a cylinder slab was applied to the limb. This was changed to a cylindrical cast on the fifth postoperative day, and partial weight bearing was started. Full weight bearing in a knee brace was started from the fourth week onward. Range-of-motion exercises were begun after 6 weeks.
The patient returned for postoperative assessment at 1, 3, and 12 months. Parameters assessed included progress of fracture union, presence of sclerosis or fragmentation (suggestive of avascular necrosis), secondary displacement of fracture fragments, refracture, heterotopic ossification, and patellar subluxation.
Three months postoperatively, the patient was able to walk with a cane. His range of motion was from 10° to 80°. The wound healed well. The lateral radiograph showed a 3- to 4-mm anteroposterior translation and a 3° to 4° angulation at the fracture site.
One year postoperatively, the patient could walk without support on level ground up to 1.5 km, and he had no discomfort while climbing stairs. Clinically, quadriceps strength and patellar tracking were normal. His range of movement was from 0° to 110°. Radiographs showed union of the fracture without avascular necrosis, subluxation, or refracture (Figure4). The Knee Society knee score was 92 and function score was 80; corresponding scores before primary TKA had been 33 and 50, respectively.
Lateral radiograph at 1 year postoperatively showing fracture union.
Figure 4:
Lateral radiograph at 1 year postoperatively showing fracture union.

Discussion

Treatment of displaced periprosthetic patellar fractures with an intact patellar component has been reported to yield poor results.3,4,8 In the largest reported series of periprosthetic patellar fractures by Keating et al,3 14 of 17 patients with a type IIB fracture were treated nonoperatively. Of these, 3 patients developed an extensor lag and 2 patients had a lack of extension. Of the 3 patients who were treated with ORIF, nonunion occurred in 2 patients.
In a study by Ortiguera and Berry,4 5 of 6 patients with a type II fracture were treated with ORIF; union occurred in only 1 patient. The only patient who was treated nonoperatively developed an extensor lag.
After a systematic review of the literature, Chalidis et al12 concluded that for type II fractures, ORIF failed in 92% cases, had high complication rates, and yielded poor final results. In these cases, in the presence of a well-fixed patellar component (which must be retained), ORIF with tension-band wiring has proven to be difficult.13,14 The thin remaining patellar bone hinders the placement of wires for fracture fixation. Hence, to accommodate internal fixation, removal of the patellar component has been suggested.4
In the current case, the type II periprosthetic fracture was accompanied by a 3-cm gap along the length of the previously well-healed wound. After the index TKA, the wound had healed primarily, and no evidence of infection existed at any stage. Following the fracture, precautions were taken to avoid any seeding of the joint, and surgery was performed within 12 hours. The polyethylene patellar component remained well-fixed to the proximal fragment, and the distal fragment was comminuted. Because the suture anchors are tiny, they did not need a large bone stock for adequate hold and were easily placed between the pegs of the 3-lug component in the patient. For designs with a large central peg, the suture anchors can easily be placed on either side of the peg. Hence, removal of the intact patellar component is not required. In the current case, the sutures, when tied, held the anatomical reduction, and were additionally used as cerclage around the patella. At 3 months postoperatively, the patient had a flexion deformity of 10°; this had resolved at 1 year postoperatively.
The current case highlights the novel use of suture anchors for fixing periprosthetic patellar fractures. The technique achieves good fixation without necessitating removal of the well-fixed component. The absence of any metal implant for patella fixation ensures unhindered wound healing and obviates the need for implant removal. This method also avoids the difficulties associated with tension-band wiring. The procedure is simple and quick, and the patient can be mobilized early.

References

  1. Berry DJ, Rand JA. Isolated patellar component revision of total knee arthroplasty. Clin Orthop Relat Res. 1993; (286):110–115.
  2. Grace JN, Sim FH. Fracture of the patella after total knee arthroplasty. Clin Orthop Relat Res. 1988; (230):168–175.
  3. Keating EM, Haas G, Meding JB. Patella fracture after post total knee replacements.Clin Orthop Relat Res. 2003; (416):93–97. doi:10.1097/01.blo.0000092992.90435.20[CrossRef]
  4. Ortiguera CJ, Berry DJ. Patellar fracture after total knee arthroplasty. J Bone Joint Surg Am. 2002; 84(4):532–540.
  5. Sheth NP, Pedowitz DI, Lonner JH. Periprosthetic patellar fractures. J Bone Joint Surg Am. 2007; 89(10):2285–2296. doi:10.2106/JBJS.G.00132 [CrossRef]
  6. Rorabeck CH, Taylor JW. Classification of periprosthetic fractures complicating total knee arthroplasty. Orthop Clin North Am. 1999; 30(2):209–214. doi:10.1016/S0030-5898(05)70075-4 [CrossRef]
  7. Tharani R, Nakasone C, Vince KG. Periprosthetic fractures after total knee arthroplasty. J Arthroplasty. 2005; 20(4)(suppl 2):27–32. doi:10.1016/j.arth.2005.03.009 [CrossRef]
  8. Hozack WJ, Goll SR, Lotke PA, Rothman RH, Booth RE Jr, . The treatment of patellar fractures after total knee arthroplasty. Clin Orthop Relat Res. 1988; (236):123–127.
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  11. Clark SE, Lee SY, Raphael JR. Coronoid fixation using suture anchors. Hand (NY). 2009; 4(2):156–160. doi:10.1007/s11552-008-9142-y [CrossRef]
  12. Chalidis BE, Tsiridis E, Tragas AA, Stavrou Z, Giannoudis PV. Management of periprosthetic patellar fractures: a systematic review of literature. Injury. 2007; 38(6):714–724. doi:10.1016/j.injury.2007.02.054 [CrossRef]
  13. Engh GA, Ammeen DJ. Periprosthetic fractures adjacent to total knee implants: treatment and clinical results. Instr Course Lect. 1998; 47:437–448.
  14. Bourne RB. Fractures of the patella after total knee replacement. Orthop Clin North Am. 1999; 30(2):287–291. doi:10.1016/S0030-5898(05)70083-3 [CrossRef]
10.3928/01477447-20131021-36

domingo, 24 de noviembre de 2013

ESPINHA DE CHARCOT

Deformidad de Gibbous


Healthy Spine


viernes, 22 de noviembre de 2013

¿QUÉ ES UNA HERNIA DISCAL? ¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS Y SUS CAUSAS?

FUENTE:


¿QUÉ ES UNA HERNIA DISCAL? ¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS Y SUS CAUSAS?







La hernia discal, bien sea lumbar o cervical, es una patología muy extendida y sufrida por muchas personas. En este artículo voy a tratar de explicar qué es, cómo y qué causas pueden generarlas.

Un disco se asemeja a un balón relleno de gelatina o silicona. Si comprimimos este balón o lo aplastamos de forma intensa y mantenida en el tiempo este puede reventar y provocar que el contenido de este balón, es decir, esa gelatina o silicona se vierta hacia el exterior. Este "reventón de la pelota" es una buena analogía para explicar lo que sucede cuando se genera una hernia discal.

El anillo fibroso externo del disco, que se encuentra situados entre dos vértebras, puede resquebrajarse y dejar salir el contenido gelatinoso que se encuentra alojado en su interior (llamado núcleo pulposo). Esta herniación del núcleo pulposo puede comprimir bien a la médula, si es una hernia central, o bien a la a la raíz nerviosa que se encuentran a un lado y a otro de la vértebra, si es una hernia discal derecha o izquierda, provocando la contractura refleja de los músculos de la zona, y como consecuencia generando diferentes síntomas en la pierna, (si es una hernia discal lumbar) o en el brazo, (si es hernia discal cervical)

A la hora de valorar las causas de una hernia discal, siempre se tienen en cuenta los factores mecánicos como ejercicios repetitivos, malas posturas...De hecho, estos factores siempre están presentes. Sin embargo, a veces, se tratan de factores añadidos, sobre otros factores causales más complejos e importantes. Pero que en realidad son la raíz del problema. Estas causas más profundas y reales se ven subordinadas por justificaciones más sencillas, típicas y entendibles como una mala postura, un mal gesto.....

Nada mas lejos de la realidad, estos factores mecánicos son, en la mayoría de casos, la gota que colma el vaso, el último factor desencadenante, pero ni mucho menos la causa primaria de la lesión, esta causa suele ser más compleja, multifactorial y profunda, que genera el caldo de cultivo que acaba debilitando las estrucruras de nuestra espalda, y que facilita que por simples gestos runtinarios, nuestros discos claudiquen y aparezcan lesiones como las hernias discales.

Estos factores escondidos están relacionados casi siempre con las alteraciones del funcionamiento visceral. Por ejemplo, en la zona lumbar el mal funcionamiento intestinal puede provocar hernias discales L4-L5derechas o las disfunciones de próstata y útero pueden provocar hernias discales L5-S1 derechas.

Por otra parte a nivel cervical las hernias discales izquierdas están muy frecuentemente relacionadas con las alteraciones de estómago y las hernias discales cervicales derechas con las alteraciones hepático-biliares.

Las disfunciones de todos estos órganos pueden estar provocados por el estrés, la alimentación, el sedentarismo y factores emocionales propios, y característicos asociados a cada víscera.

En cuanto a los síntomas de una hernia discal son muy variables, de hecho, muchas hernias discales durante largo tiempo no dan ningún síntoma; según un estudio realizado hace pocos años se calculaba que el 36% de la población tenía una hernia discal y no le había dado todavía ningún síntoma, por lo tanto los síntomas de una hernia discal pueden ir desde la nada hasta síntomas muy incapacitante y muy incompatibles con la vida diaria. Fue revelador el caso de un paciente que tuve aquejado de una granhernia discal L5-S1 al lado izquierdo que le producía una parálisis del nervio ciático , parálisis que le costo recuperarse más de 6 meses y sin embargo; no tuvo dolor más de un par de días, es un caso atípico, pero que demuestra que los síntomas son propios y variables de cada persona.

Los síntomas típicos pueden ser sensación de entumecimiento de la pierna en caso de la hernia lumbar o del brazo en la hernia cervical, sensación decalambre, cosquilleo, pérdida de sensibilidad, pérdida de fuerza en la extremidad y dolor en diferentes grados, además la exploración puede marcar una pérdida de reflejos y una alteración en la postura corporal

En el caso de una hernia lumbar, se verá una pelvis asimétrica con un lado más corto que el otro, con una pierna más corta que la otra...en el caso de la zona cervical la movilidad cervical esta restringida en un sentido u en otro, extensión, inflexión etc.

En definitiva, la gravedad de una hernia discal esta marcada por la incapacidad funcional que le genera al paciente, es decir, por los síntomas fundamentalmente basados en dolor, pérdida de fuerza y alteraciones de la sensibilidad, Sin embargo, en muchas ocasiones la realización de una resonancia magnética nuclear y alguna otra prueba complementaria como una electromiografía, es en general un factor complementario y sólo complementario, no un factor determinante para juzgar la gravedad de una hernia discal.

Por lo tanto, la conjunción de todos estos datos más la evolución que tenga el proceso a lo largo de las semanas y de los meses siguientes a la aparición del proceso, marcará el tratamiento de una hernia discal.



Hernia discal cervical y cérvico-braquialgia.


Subido el 10/11/2013


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Las protrusiones discales o hernias fiscales a nivel cervical o en las vértebras cervicales es un problema de creciente actualidad por la frecuencia con la que se presenta en la sociedad moderna, debido en parte al estrés de vida, y en parte a la adopción de malas posturas de origen laboral. Produce variedad de síntomas. Como la radiculopatía o radiculalgia o cervicobraquialgia con pérdida de fuerza en el brazo y la mano y pérdida de sensibilidad.

La mayoría de las personas que tienen una hernia de disco no necesitan cirugía debido a que sus síntomas tienden a mejorar con el tiempo . Alrededor del 50 % de las personas con una hernia de disco en la espalda baja se recuperan en 1 mes . Y dentro de 6 meses , el 96 % se recupera . Sólo el 10 % de las personas con problemas de hernia discal que causan síntomas notorios finalmente tiene cirugía1

Cuando la cirugía se utiliza para tratar una hernia de disco , que se realiza para disminuir el dolor y permitir el movimiento más normal y función. Se considera si concurren las siguientes condiciones:

Usted tiene un historial de persistente dolor en la pierna que no ha mejorado con un mínimo de 4 semanas de tratamiento no quirúrgico , así como debilidad y limitación de las actividades cotidianas.
Los resultados de un examen físico encontrará que usted tiene actualmente debilidad, pérdida de movimiento o sensibilidad anormal.
Las pruebas de diagnóstico , como la resonancia magnética (MRI ), tomografía computarizada ( CT ) o mielografía , indica que tiene una hernia de disco que puede ser tratada quirúrgicamente.
La cirugía es apropiada sólo para las personas que tienen síntomas y condiciones específicas. La decisión de realizar la cirugía debe tener en cuenta los resultados de las pruebas de diagnóstico y los exámenes físicos, la respuesta al tratamiento no quirúrgico , y discusiones entre usted y su médico acerca de sus opciones y los resultados esperados . Otros factores incluyen la edad, el estado general de salud , la gravedad de los síntomas, y el impacto que los síntomas tienen en su vida (como la incapacidad de trabajar ) . Por ejemplo , usted y su médico pueden considerar la cirugía si su trabajo requiere de una rápida recuperación , y no hay tiempo para esperar a que la hernia de disco para curarse. Si usted es un adulto mayor, se le puede ofrecer la cirugía si tiene menos probabilidades de mejorar sin cirugía debido a otras enfermedades de la columna el disco herniado.

Cirugía de disco no se considera un tratamiento eficaz para el dolor de espalda que no es causado por una hernia de disco . Cirugía de disco tampoco se realiza si el dolor de espalda es el único síntoma de las causas de hernia discal .



REPASANDO EL DISCO VERTEBRAL. "NUESTROS AMORTIGUADORES". #xtensal #columna


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Discectomía lumbar microscópica (MLD)


lunes, 18 de noviembre de 2013

AAOS Annual Meeting



Los puntos débiles en los discos pueden causar hernias


domingo, 17 de noviembre de 2013

Infórmate sobre cuales son los síntomas de los problemas espinales lumbares.


¿Sabías que la hernia discal ejerce presión sobre los nervios cercanos?


ESTUDIO DE LA POSTURA, ORÍGENES.


viernes, 15 de noviembre de 2013

True Position Pivoting TLIF Interbody System - Atlas Spine



Atlas Spine's Second Generation True Position Pivoting TLIF 


Interbody System


Watch our newest True Position animation with side by side fluoroscopy.

A government study of Medicare billings shows that financial incentives for doctors may be driving some of the rapid rise in spinal fusion surgery


miércoles, 13 de noviembre de 2013

XXV Congreso Mexicano de Ortopedia y Traumatología. FEMECOT. México, 2014


A Retrospective Analysis of Vertebral Body Fractures Following Epidural Steroid Injections



Inyecciones de esteroides epidurales lumbares (IEELs) y riesgo de fractura de cuerpos vertebrales -> La utilización de IEELs puede ocasionar un mayor riesgo del que se pensaba. Un número creciente de inyecciones se asoció con una creciente probabilidad de fracturas de los cuerpos vertebrales posiblemente debido a la exposición a los glucocorticoides. Las IEELs se deben usar con precaución en pacientes con riesgo de fracturas osteoporóticas.

J Bone Joint Surg, 05/06/2013 "

A Retrospective Analysis of Vertebral Body Fractures Following Epidural Steroid Injections".


Antecedentes: Las inyecciones de esteroides epidurales lumbares (IEELs) se prescriben con frecuencia para el tratamiento de la radiculopatía o claudicación neurógena derivada de la compresión de los nervios espinales. Sin embargo, hay evidencia que sugiere que los corticosteroides afectan negativamente a la resistencia ósea mediante la disminución de la formación de hueso y el aumento de la resorción ósea. Nuestro estudio trata de evaluar si las IEELs aumenta el riesgo de una posterior fractura del cuerpo vertebral. Métodos: Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo para comparar si los pacientes que recibieron IEELs con un grupo control. Se identificaron un total de 50.345 pacientes con ICD-9 (Clasificación Internacional de Enfermedades, Novena Revisión) Códigos de diagnóstico relacionados con la columna vertebral se mediante la búsqueda en una base de datos corporativa, y 3.415 de ellos se encontró que han recibido al menos una IEEL. Se seleccionaron al azar una población de estudio de 3.000 pacientes de la población inyectada, y se seleccionó una cohorte combinada de 3.000 pacientes del grupo no inyectado con el uso de técnicas apropiadas. Se evaluó la incidencia de fracturas de los cuerpos vertebrales en cada grupo con el uso de análisis de supervivencia.
Resultados: No hubo diferencia significativa entre los grupos inyectados y no inyectados con respecto a la edad, predicción de la puntuación de propensión, el sexo, la raza, el hipertiroidismo o el uso de esteroides. En el análisis de supervivencia, un número cada vez mayor de inyecciones se asoció con una creciente probabilidad de fracturas. Cada inyección sucesiva aumenta el riesgo de fractura por un factor de 1,21 (intervalo de confianza 95%, 1,08 a 1,30) después de ajustar por covariables (p = 0,003). Conclusiones: Los resultados sugieren que las IEELs, al igual que otras formas de administración de esteroides exógenos, puede conducir a un aumento de la fragilidad ósea. La exposición adicional a los glucocorticoides como resultado del uso IEELs puede ocasionar un mayor riesgo del que se pensaba, lo que sugiere que el uso de las IEELs debe abordarse con precaución en pacientes con riesgo de fracturas osteoporóticas.



Scientific Articles   |    
A Retrospective Analysis of Vertebral Body Fractures Following Epidural Steroid Injections
Shlomo Mandel, MD, MPH1; Jennifer Schilling, BS1; Edward Peterson, PhD1; D. Sudhaker Rao, MBBS, FACP, FACE1; William Sanders, MD1 
1 Departments of Orthopaedic Surgery (S.M., J.S.), Public Health Sciences (E.P.), and Radiology (W.S.) and Division of Endocrinology, Diabetes and Bone Mineral Metabolism (D.S.R.), Henry Ford West Bloomfield Hospital, 6777 West Maple Road, West Bloomfield, MI 48322. E-mail address for S. Mandel: smandel2@hfhs.org
J Bone Joint Surg Am, 2013 Jun 05;95(11):961-964. doi: 10.2106/JBJS.L.00844